El Príncipe perezoso se convierte en un genio

Capítulo 117 – Ilya Lindsay (2)

[Traductor - Pao]

[Corrector - Alex]

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Woong...

Un extraño sonido resonó en la espada de Ilya Lindsay.

No, en realidad no. La distancia entre el público y el escenario era demasiado grande para escuchar algo.

Sin embargo, la espada hizo que los oídos de los tres espadachines resonaran ya que la habían visto antes.

Parecía que el brillante rayo de luz plateado se acercaba a sus ojos poco a poco.

Era una Espada de Aura.

La habilidad que sólo los Maestros de la Espada pueden utilizar.

Una poderosa habilidad que puede cortar y bloquear cualquier cosa y que sólo puede ser utilizada por los mejores.

«¿Ilya está a... ese nivel?»

— Haa... —

Brett Lloyd sonrió. No pudo decir nada ya que estaba demasiado emocionado.

Ian, al que llamaban genio entre los genios, se convirtió en Maestro de Espada a los 25 años, e Ignet, alabado como el mayor genio de todos los tiempos, se convirtió en Maestro de Espada a los 20 años.

Y ahora Ilya Lindsay lo era a los 18.

«¿Cortar la distancia?»

Brett sonrió con amargura.

Sabía lo absurdo que sonaba eso.

Y la expresión de Brett era diferente a la de Judith.

— ... —

No hubo ningún cambio de expresión en su rostro.

Con los ojos muy abiertos, miraba fijamente el escenario.

Su mirada estaba dirigida a la luz que Ilya Lindsay estaba manifestando.

Mientras se movía suavemente y presionaba al oponente, ella contuvo la respiración y observó.

¡Grrrr!

Se escuchó el sonido de ella apretando los dientes.

Apretar...

Y se clavó las uñas en las palmas de las manos.

Pero aún así, no se sentía mejor.

¿Eran los celos, la ira o la duda? Tal vez las tres cosas... no podía entender lo que sentía.

En los últimos dos meses, ha crecido.

Mejoró su juego de piernas al intercambiar espadas con Irene y se dio cuenta de cómo usar correctamente su espada gracias a Jet Frost.

También aprendió mucho sobre cómo luchar contra oponentes más fuertes que ella.

Aunque el espadachín era superior a ella, creía que tenía un 30% de posibilidades de vencer a Ilya si se movía ignorando el riesgo de daño.

Pero no.

¡Woong!

¡Wooong!

La espada de Ilya bailó.

Era una espada que vuela ligera y luego cae pesada.

Su oponente, Cedric Cooper, tuvo que retroceder.

Era porque su espada se rompería en el momento en que chocara con la Espada del Aura.

E Ilya se aprovechó de ello.

Poco a poco, paso a paso, presionó a su oponente. Y eso hizo que el oponente se pusiera nervioso.

— ¡Hmph! —

Al final, Cedric Cooper, que no podía soportarlo, adoptó una postura ofensiva, pero Ilya seguía relajada.

¡Contragolpe!

Después de evitar el ataque con un paso lateral, bajó su espada ligeramente.

Entonces la espada de su oponente cayó al suelo.

El árbitro, que estaba observando el combate, anunció el resultado.

— ¡La campeona, Ilya Lindsay, gana de nuevo! —

— ¡Woahhh! —

— ¡Ilya Lindsay! ¡Ilya Lindsay! —

— ¡En efecto, sólo un Maestro de la Espada puede derrotar a un Maestro de la Espada! —

— ¡Correcto! ¡A menos que venga otro Maestro de la Espada, el resultado no cambiará! —

— ¡Larga vida a la más joven Maestra de la Espada, Ilya Lindsay! —

Antes de que el locutor pudiera alabar su fuerza, la gente gritó y vitoreó.

No tenían más remedio que hacerlo.

Incluso en la Tierra de las Pruebas, no era común ver a una Maestra de la Espada.

Además, era miembro de la familia Lindsay, y era la Maestra Espada más joven que reescribía la historia; incluso tenía un aspecto hermoso.

La multitud coreó su nombre mucho después de que abandonara el escenario sin una entrevista.

Y...

En medio de tanta emoción, tres personas se quedaron sentadas en blanco.

— ... Yo me iré primero —.

Judith se levantó y desapareció en algún lugar sin mirar atrás.

Su última expresión parecía complicada, como si estuviera a punto de estallar debido a todo tipo de emociones.

No era sólo ella.

Brett se levantó y suspiró.

— Yo también voy a dar un paseo. No te molestes en esperarnos. Volveremos a la posada cuando estemos listos —.

Su expresión era mejor que la de Judith.

Sin embargo, había una sonrisa amarga en sus labios.

Kuvar y Ruru miraron a Brett, sabiendo que no podían ayudarle.

Y luego se volvieron hacia Irene Perreira, que seguía mirando el escenario.

— Irene —.

— ... —

— ¡Irene, Irene! —

— ¡Ah! ¿Sí, Kuvar? —

— ¿Estás bien? No te ves muy bien —.

— ¿Estás bien, Irene? —

— Ah... —

Irene levantó la cabeza y miró fijamente a Ruru y a Kuvar como si acabara de recobrar el sentido.

Tras un momento de duda, sonrió y dijo.

— Estoy bien. Bastante bien en realidad —.

— ¿Bien? —

— Sí. La verdad es que cuando me enteré de la situación de su hermano me preocupé, pero al ver que llegó a la Espada Mas... —

Irene, que estaba sonriendo mientras hablaba, se detuvo.

Su expresión se desvaneció. Los labios que se habían levantado a la fuerza bajaron, y su rostro se puso rígido.

Finalmente, incapaz de terminar lo que estaba diciendo, dijo algo más.

— Lo siento, Kuvar. Lo siento Ruru. Estoy un poco... creo que necesito pensar en las cosas —.

Finalmente, incluso Irene abandonó la arena dejándolos a ellos dos solos.

Kuvar respiró profundamente y dijo,

— Esto, esto debe haber herido su autoestima —.

— ... —

Ruru no respondió.

Recordó la última aparición de Irene.

— No creo que esa sea la razón —.

Ruru estaba preocupada, pero no había nada que pudiera hacerse.

Al final, ellos también abandonaron la arena y se dirigieron a la posada en la que se alojaban.

Parecía que estaban solos en un festival ruidoso.

Irene, que abandonó la arena, vagó sin rumbo por las calles.

¿Era porque estaba sumido en sus pensamientos? No dejaba de chocar con los hombros de innumerables personas.

— ¡Tch, mira por dónde caminas! —

— ¿Qué estás haciendo? ¡Mira hacia adelante! —

— ¡Ah! Este bastardo... hm, no importa —.

Casi se produce una pelea, pero por suerte no fue así.

Todo gracias a los ojos de Irene.

Parecía un jugador que había perdido toda su fortuna, así que lo dejaron en paz, y siguió vagando por las calles.

«¿Qué fue?»

Ver a Ilya Lindsay después de 5 años fue realmente agradable.

¿No era así como debía ser?

Ella rompió el récord de Ignet, que nadie pudo romper hasta ahora, y ella maneja una espada que hizo que la gente la aclamara.

Ella estaba viviendo una vida que era la fantasía de todo espadachín.

Pero.

Ilya Lindsay parecía tan fuerte y genial como debería ser.

E Irene se sentía débil.

Se sentía como si fuera a colapsar en cualquier momento.

Era divertido.

De hecho, Irene se echó a reír en medio de la calle.

— ¡JAJAJAJAJA! —

— Qué le pasa... —

— Debe estar loco... —

— ¿Cuánto ha perdido? —

— No le mires y sigue avanzando —.

Pudo escuchar sus palabras, pero no le importó.

Irene se movió y se sentó en un banco.

Ya está bien. No había necesidad de preocuparse.

La razón por la que la expresión de Ilya no parecía buena era por el partido.

O algo desagradable ocurrió antes del partido.

No, tal vez sólo lo estaba imaginando.

Tal vez el hecho de estar en el llamado “Tierra de las Pruebas” la hacía un poco sensible.

Cierto, tal vez estaba exagerando.

— Parecía molesta, pero no lo sé con seguridad y no debería actuar así —.

Irene asintió y se levantó.

No había razón para actuar así. Era mejor volver a la posada y esperar a Judith y a Brett.

La razón por la que se mantuvo callado cuando se enteró de que Ilya había alcanzado el nivel de Maestro de Espadas no era porque hiriera su orgullo.

Era porque estaba preocupado por Brett y Judith.

Debía de dolerle mucho a Judith.

Irene caminó hacia la posada mientras intentaba pensar en palabras que pudieran consolarla.

Pero entonces se dio la vuelta.

«... no.»

Eso no podía ser.

¿Alguna razón? ¿Una razón exacta?

No había nada.

Sus sentidos se lo decían. La actual Ilya Lindsay era extraña.

Lo sintió por Judith, pero el estado de Ilya parecía peor que el de ella.

«Es mi intuición como místico, y es lo suficientemente aguda como para ser precisa, especialmente cuando se trata de un ser querido».

Le vinieron a la mente las palabras de su hermana Kiril.

La “intuición” de uno nunca debe considerarse insignificante.

Y su corazón, que amaba a sus amigos y a su familia, la hacía más aguda.

Irene, que pensaba eso, preguntó.

Ilya Lindsay, ¿es preciosa para ti?

— ... es evidente —.

Suspiro, Irene suspiró y levantó la cabeza. Emociones confusas recorrieron sus ojos.

Tenía que conocerla. Ilya Lindsay.

Pero, ¿cómo podía hacerlo?

Un cartel le llamó la atención mientras miraba a su alrededor.

Un letrero de taberna con pétalos de Adonis grabados en él.

«... después de que Kuvar reuniera información, mencionó esto.»

Sin dudarlo, Irene entró en la taberna.

Y entonces, las miradas de los comensales del interior se volvieron rápidamente hacia él.

— ... —

Él sintió una atmósfera similar antes.

La atmósfera se sentía similar a la del lugar donde se encontraba en Alcantra, donde se encontraba Crono.

Tal vez, las personas reunidas aquí tenían intereses similares.

O eran del mismo grupo.

Irene respiró profundamente y se dirigió al mostrador.

Era similar al local de Alcantra. Sin embargo, el ambiente era más lúgubre y áspero.

Pero eso no le detuvo.

Al llegar al mostrador, Irene dijo.

— Es la primera vez que vengo a Eisenmarkt. He venido aquí porque necesitaba saber algo. Puedo darle una pequeña recompensa si me responde —.

— ... ¿Qué es? —

— ¿A dónde voy para conocer a Ilya Lindsay, la campeona de la Tierra de las Prueba?—

— ¡Pu-hahahah! —

— ¡Kua-kuakaka! —

Todos rieron al terminar la pregunta.

Era de esperar. Era así en Alcantra.

No importaba si la pregunta era divertida o no.

Irene quería que una persona fuera amable con él, sólo una.

Con esos pensamientos en mente, un hombre gigante se acercó a él.

El hombre gigante tenía una larga marca de cuchillo en su mejilla izquierda, y dijo.

— Chico —.

— ¿Qué pasa? —

— ¿Te gustaría apostar conmigo? —

— ¿A qué apostaríamos? —

— ¡A partir de ahora, uno por uno, nos golpearemos en la cara! Si puedes recibir y devolver el golpe anterior, te quedas, pero si te rindes o te desmayas, pierdes. El que dure más tiempo gana —.

— ... —

— Si ganas, te guiaré a la residencia de Ilya Lindsay. En cambio, si yo gano... —

— Bien —.

— ...? —

El hombre enarcó las cejas.

¿El chico estaba aceptando la apuesta sin escuchar su versión?

— ... hmm, bien. La apuesta está aceptada. No te arrepientas después. Mis exigencias son estrictas —.

— ¡Hahaha, es cierto! ¡Ese bastardo es tan malvado! —

— ¡Es una basura! —

— ¡Trabaja duro, chico! —

— ¡Anímate y no pierdas! —

Los de la taberna animaron a Irene.

Por supuesto, no era realmente animar. Todos se burlaban de él.

Pero a Irene no le importaba.

Miró a la otra persona con ojos fríos.

¡Wheik!

¡Puck!

El puño del hombre de la cicatriz voló.

Irene giró la cabeza en un instante y fue golpeado por el puño del hombre.

— ¡Hahah! ¿Has oído hablar alguna vez de la ventaja de campo? Lo siento, pero mi turno es el primero. Esto pasa mucho, así que el dueño lo confirmará. ¿Verdad? —

Al ver que el hombre se reía y pedía confirmación, algunos vitorearon mientras otros abucheaban.

Sin embargo, eran más los que vitoreaban y reían que los que abucheaban.

Pero después de un rato, las risas cesaron gradualmente.

Porque Irene, quién fue golpeado, se enderezó.

— ... —

— ... —

Su piel estaba ligeramente roja.

Pero su expresión parecía como si no hubiera pasado nada. No, era diferente.

Era escalofriantemente frío.

Al ver eso, el hombre de la cicatriz tragó saliva.

Inmediatamente después, Irene abrió la boca.

— Ahora es mi turno —.

¡¡Puck!!